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Mitos y Leyendas

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Revisión del 10:53 21 feb 2010 de Al082077 (discusión | contribuciones) (El reloj de güigüe)
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Amalivaca y la Creación del Mundo

En la mitología indígena, Amalivaca fue el creador de la humanidad, del río Orinoco y del viento. En principio hizo a los hombres inmortales pero en castigo a su faltas, los volvió mortales. Se dice que hace muchos años atrás hubo una gran inundación. Amalivaca salió entonces en una canoa a recorrer el mundo y junto con su hermano Vochi fueron reparando los daños del diluvio, después del cual solo había quedado una pareja de humanos vivos. Ellos se fueron a una gran montaña llevando semillas de palma moriche y desde allí las dispersaron lanzándolas hacia el mundo. De estas semillas nacieron los hombres y las mujeres que pueblan el planeta.


Guaraira Repano

La ciudad de Caracas está enclavada en un hermoso valle al pie de la montaña de El Ávila. En tiempos precolombinos recibía el nombre de Guaraira Repano, que significa algo así como: "la ola que vino de lejos". Los indígenas de la zona contaron que en tiempos antiguos no existía la montaña y que desde el valle se podía ver el mar. Pero un día las tribus ofendieron a la gran diosa del mar y ésta quiso acabar con todo el pueblo. Entonces levantó una gran ola, la más alta que se había visto; toda la gente se arrodilló e imploró perdón a la diosa y, justo cuando la ola iba a caer sobre ellos, la diosa se compadeció y convirtió la ola en la gran montaña que hoy existe.

La Sayona

Es un fantasma con la figura de una mujer hermosa de larga cabellera. Le dicen La Sayona porque se cubre con una túnica o saya larga. Esta aparición viene asustando a los trasnochados desde el siglo XIX y dicen que se aparece a los bebedores, trasnochadores y adúlteros. Deja que la admiren pero cuando tratan de enamorarla, ella entonces sonríe, mostrando unos colmillos largos y puntiagudos y luego desaparece, dejando aterrorizados a los pobres pecadores.

El Silbón

Se cuenta en los llanos que hace tiempo un joven asesinó a sus padres. Por este crimen atroz está condenado por siempre a cargar un saco con los huesos de sus progenitores y a asustar a la gente silbando una serie de notas características y haciendo sonar los huesos. Nunca se sabe dónde está porque, si su silbido se oye lejos es porque El Silbón está muy cerca y si se oye cerca, el fantasma ya está lejos. Algunos dicen que aquél que escucha el silbido, está oyendo el anuncio de su propia muerte.

Florentino, el que cantó con el diablo

Florentino era el mejor jinete y coplero de los llanos. Una noche, cabalgando solo por la llanura para asistir a un joropo en un pueblo cercano, notó que de lejos lo seguía otro hombre todo vestido de negro que parecía ir a la misma fiesta. Cuando comenzó el joropo y Florentino se preparó a cantar, el extraño invitado lo desafió a contrapuntear con él. Florentino aceptó y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario era el Diablo y que si perdía en el contrapunteo, perdería su alma. Pero su habilidad como improvisador y su fé mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado. Alberto Arvelo Torrealba escribió un poema monumental narrando el contrapunteo entre Florentino y el Diablo.

María Lionza

Mucho antes del descubrimiento ya existía la leyenda con el nombre indígena de Yara, que dice así: Un jefe de los indios Caquetíos de la región de Nirgua (Edo. Yaracuy) tuvo una hija,muy bella de ojos claros. Según las tradiciones indígenas una niña de ojos claros traía mala suerte a la tribu pero, como era tan hermosa el cacique no tuvo el coraje de matarla sino que la escondió en una cueva de la montaña, en lugar desconocido. La visitaba a diario para alimentarla y un día vio una danta (tapir) que le llevaba frutos silvestres a la niña y ella cabalgaba en su lomo. Un día salio al lago y al mirarse en el agua despertó al Dueño de Agua, al Gran Anaconda, quien emergió de las profundidades, enamorándose de ella y atrayéndola hacia si. En el lago, Maria Lionza y la poderosa serpiente celebraron una comunión espiritual y mística. Cuando su padre descubrió esta unión, intentó separarlos. Entonces la Anaconda creció, se hizo enorme, y estalló provocando una gran inundación que arrasó con la aldea y su gente. Desde ese día Maria Lionza se volvió la Diosa protectora de las Aguas Dulces, Los Bosques y Los Animales Silvestres del amor de la paz y armonía. Era gran conocedora de las plantas y de sus poderes curativos convirtiéndose en gran sanadora de enfermos.


Actualmente con el nombre de María Leoncia es una mezcla de expresiones religiosas: católicas, indígenas y cultos animistas africanos. Hasta 1950 muchas de estas prácticas religiosas no eran dadas a conocer a la luz pública, se mantenían ocultas, por lo tanto eran muy pocos los venezolanos que asistían a la montaña de Sorte y estaban en conocimiento de la leyenda de la Diosa, que sus devotos creían que aun vivía allí.

Los cambios económicos de la Venezuela rural (agrícola) a urbana ( industria petrolera), generó el desplazamiento de muchas personas hacia la ciudad y así fue que muchos yaracuyanos trajeron consigo a la capital el culto a María Lionza. Sin embargo siguió siendo un culto espiritualista de unos pocos devotos.

Según los estudiosos de María Lionza el culto es de reciente data, 1950. Es muy probable que hasta antes de los años 50 el mito, sus rituales y prácticas fueran originarios de Venezuela, posteriormente, en los 60, Venezuela comenzó a recibir inmigrantes cubanos y haitianos, que adoptaron el culto de María Lionza pero contribuyeron al culto con algunos elementos “yoruba” que provienen de Santería y Vudú.

Se han hecho importantes trabajos de diferentes marcos teóricos que intentan explicar la popularidad del culto a María Lionza desde una perspectiva psicológica, sociológica y antropológica, sin obtener resultados contundentes.

  • Influencias Indígenas: predominan lo elementos provenientes de las religiones indígenas y lo cual se evidencia en gran parte del vocabulario y los elementos usados, tales como el tabaco, además de gran parte de sus rituales, los cuales incluyen a adoración de la naturaleza.
  • Influencias africanas: los santeros religión descendiente del pueblo yoruba, aunque la santería tiene sus propias reglas, generalmente se mezcla con el espiritismo de María Lionza y se Reconoce su jerarquía Espiritual. La santería en el espiritismo venezolano es representada por la corte africana.
  • Influencia Europea: primeramente por la absorción de catolicismo, el cual se sincrétiza, una persona puede ser católica y creyente en María Lionza , en sus cultos se reconoce la supremacía de la santísima trinidad, La virgen María y las cortes de Ángeles, en la cual la reina ocupa un lugar de alta jerarquía, en todos sus ritos se evoca y se pide permiso a Dios Y las cortes de santos y ángeles pidiendo luz fuerza y protección, por lo cual se consideran los espíritus de las cortes venezolanas emisarios de dios en la tierra. La influencia española no se limita al cristianismo, si no a demás de la absorción de ritos provenientes de España, tal como las cartas del tarot y lecturas de las cartas españolas y otros cultos antiguos, los cuales se practican bajo la influencia de la Santísima Trinidad la Virgen, María y la Reina María Lionza. En El caso de la santería aunque no rompe el lazo de respeto al espiritismo venezolano, en muchos casos se practica de manera autónoma, siendo representado por la corte africana dentro del espiritismo con sus reglas y fragmentos idiomas africano, aunque siempre mezcla rasgos del espiritismo.

Cerro de María Lioncia

Tiene una extensión de 40.000 hectáreas de montaña cubiertas de bosques vírgenes. En el distrito Urachiche,fue declarado monumento natural mediante el Decreto No. 234 del 18 de marzo de 1960. Se trata de un macizo montañoso donde nace el río Yaracuy, En el distrito Urachiche, se sitúa Sorte, Palacio Real de María Lionza. La selva se ha mantenido a salvo de invasiones gracias a la leyenda que se ha tejido durante años. Los moradores de Chivacoa cuentan haber visto a la Reina pasearse por la zona, montada en una danta. De por sí, todo el lugar es de gran interés turístico, se reciben visitas de personas de todas partes del mundo quienes buscan purificación, repuestas a sus dudas, curaciones de enfermedades naturales o espirituales.

En Sorte solo existen las leyes impuestas por los espíritus, por lo cual se requiere de un guía para visitarla. pero es el 12 de Octubre cuando se celebra la gran peregrinación de creyentes marialioncerosde todas partes de Venezuela y del Caribe que van a rendirle culto. Es en Quibayo, como es conocido el lugar de la resistencia indígena, donde se reúnen a realizar el "Baile de la Candela" (las Brasas), el momento social más importante del culto.

El reloj de güigüe

En la Plaza Ávila de la población de Güigüe, perteneciente al municipio Carlos Arvelo en el Estado Carabobo se encuentra un antiguo reloj, genuino y auténtico monumento, como los relojes públicos de Caracas, traídos durante los gobiernos del General Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo. Este reloj de Güigüe era utilizado para medir el tiempo a las personas que recogían café de la producción sureña de Copetón, Santa Efigenia, Altamira y las Palmas. Muchos lugares aseguran que este reloj fue testigo de las vivencias de Don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente Gómez, durante sus estadía en la Hacienda el Trompillo, una de sus tantas propiedades; al morir el General Gómez, el reloj fue trasladado a la plaza Ávila de Güigüe totalmente descompuesto, allí fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo; hay quienes dicen que la persona que lo reparó murió a los pocos días, luego un hombre de origen italiano de nombre Salvador Consoli, fue operario de dicho reloj y cuando abandonó este oficio y se marchó para su tierra natal, a los pocos días dejó de existir, después un señor de nombre Andrés Mijares, a quien llamaban “Chipia” murió luego de reparar el reloj. El casó más reciente de los operarios del reloj fue el conocido maestro de esa localidad, Juan Lorenzo, quien se atrevió a poner a funcionar el reloj y al poco tiempo murió en Valencia. Desde entonces se corrió la leyenda en toda la región central de Venezuela, de que quien repare “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.

Varios de los mitos más importantes de los pemones describen los orígenes del Sol y de la Luna, la creación de los tepuyes y las actividades del héroe creador Makunaima y sus hermanos.


La llorona

El desgarrador llanto de esta aparición perturba las sabanas venezolanas. Está condenada a pasar todas las noches penando por sus hijos, a los que mató por error. Esta mujer supo que su esposo la engañaba con su propia madre. En venganza, la encerró en la casa y le prendió fuego, sin darse cuenta de que sus hijos también estaban dentro. Desde entonces vaga persiguiendo hombres. Para quien la encuentra, ella se convierte en presagio de un destino terrible.


La loca Luz Caraballo

Es una leyenda de la zona andina venezolana. Cuentan de una mujer enloquecida por perder a sus cinco hijos. Se dice que dos de ellos partieron a la guerra junto a Simón Bolívar, los que, según la leyenda, “se fueron detrás de un hombre a caballo” Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió.


El doctor “Kanoche”

Su verdadero nombre era Gottfried Knoche y se le adjudica la creación de un líquido con el que momificaba cadáveres, inyectándolo en la vena yugular. Fue un médico alemán que vivió entre momias, en una hacienda en las laderas del Ávila, custodiada por cadáveres de la Guerra Federal. Al lado de la que fuera su casa, se encuentra un mausoleo donde descansaron los cuerpos embalsamados de Knoche, su esposa, sus hijas y sus asistentes. Los vecinos de Galipán aseguran que aún se escuchan los pasos del galeno alemán, y que continúa entre ellos la presencia de las momias que custodiaban su hacienda. De ellas, la más famosa fue “el muerto que se negaba a morir”. Se dice que uno de los cadáveres que Knoche subió a lomo de caballo se zafó de las ataduras y rodó montaña abajo, desapareciendo por completo.