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Viaje a New York

De wikisenior

Revisión del 17:04 3 may 2009 de Al108284 (discusión | contribuciones) (Mis fotos)
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New York

Mi experiencia

Una ciudad emblemática y la llamada "Capital del Mundo".

Estuve en ella hace poco tiempo y, a pesar de mis prejuicios con el asunto de las aduanas en USA, tengo que reconocer que fueron muy amables conmigo y ni siquiera me hicieron la foto ni me tomaron las huellas digitales. Debo decir que estaba preparado mentalmente para soportar cualquier tipo de "interrogatorio" -dentro de lo que se podría considerar normal- y por ello, la rapidez y amabilidad en el trato me sorprendieron gratamente.

Una vez llegamos al aeropuerto J.F. Kennedy, el bullicio y el frío nos abrazó dándonos la bienvenida. Hacía una temperatura cercana a los -9 grados y, encima, con ventisca. Era el 31 de diciembre.

Turnos y colas para todo y muy organizado, o sea que el asunto del taxi tuvo solución inmediata pero con mucho frío, viento y muy abrigados.

El viaje hasta el centro de NY fue como revivir alguna de las muchas películas que he visto en toda mi vida referidas a esa ciudad. Eran las 3 de la tarde hora local; cielo cubierto pero con bastante luz, mucho tráfico con modelos de coches no usuales para los europeos, casitas nevadas con adornos navideños y con la luz encendida. Esa imagen de postal...

Cruzar puentes archiconocidos y que te producen una sensación extraña y feliz porque "Has conseguido llegar y verlos en persona". Tráfico inmenso y bastante ordenado. Avenidas y calles hasta llegar a tu destino a la orilla del Río Hudson y, que cuando desciendes del taxi, un portero con librea te abre la puerta amablemente, embozado con una bufanda para soportar el enorme frío y el viento que nos azota a todos por igual.

El rio Hudson: Gris, grande y en la otra orilla nos observa New Jersey, una prolongación de la gran ciudad.

Tarde de compras relativas a la alimentación y en supermercados peculiares en donde la fruta, toda clase de fruta, está cortada y envasada. En donde hay tantísimas variedades de pan que no sabes bien qué elegir. En el que los platos preparados tienen una "pinta" excelente y en el que falta algo que para nosotros resulta habitual. ¿Lo adivináis? Esos mostradores de Carrefour con todo tipo de cervezas y vinos para elegir.

Sólo un refrigerador que almacena un par de marcas de cerveza y unos pocos vinos extraños que son en realidad algo parecido al"mosto". Algo que se repite hasta la saciedad en NY y creo que en toda USA.

No puedes ir a un "Bar" y tomarte una cerveza como lo hacemos los mediterráneos. Se tiene que tomar en locales especiales y de comidas, siempre que en ellas no entren los niños. Los vinos hay que comprarlos en tiendas especializadas de licores, pero eso sí, los hay de todas clases y precios y, por supuesto, muchísimo más caros que en España.

Paradoja: No puedes hacer eso -tomarte una simple cerveza- pero sí, comprarte un fusil de asalto (Kalasnikow) o un arma, por ejemplo sin el menor problema.

En fin, nada que no tenga solución y como no es imprescindible, pues a otra cosa.

Una ciudad en la que sus calles están numeradas en lugar de tener nombres, tal como estamos acostumbrados y que una vez te das cuenta del sistema utilizado para su numeración, entiendes que es un sistema casi perfecto.

De Norte a Sur están las Avenidas y de Este a Oeste, las calles, que si no recuerdo mal, son aproximadamente 212 y se dividen, a su vez, en Este y Oeste. Esta división entre el Este y el Oeste, la realiza la llamada 5ª Avenida, que por cierto es una de las más emblemáticas de la ciudad.

Situados ya y con ropa de abrigo y gorro de lana y habiéndome comprado las imprescindibles "orejeras" porque su utilidad y eficacia las contrasté al minuto de llevarlas puestas, entendí, también, el porqué de que casi todo el mundo las llevara puestas.

Un paseo nocturno por la ciudad para celebrar la entrada del nuevo año y para llegar a tiempo a Times Square, aunque sus alrededores estuvieran cerrados y sólo se permitía el acceso a las personas con invitación. Decepción pero no tristeza, porque habíamos conseguido llegar a tiempo a NY para celebrar la entrada del año 2009. Eso sí, con un frío y un viento, como dirían los gallegos, "del carallo" y, a pesar de todo, las mujeres, algunas, iban muy bien vestidas y arregladas y con minifalda, medias y unos tacones inmensos. ¡Asombroso!

Las doce uvas, que trajimos desde España envasadas y sin piel ni pepitas, las tomamos en el apartamento junto con una botella de cava que conseguimos comprar. ¡Faltaría más!

Al día siguiente proseguimos con la visita. Asombrado por la limpieza de sus calles, el orden que apreciaba en todo lo que veía, los enormes edificios que desafiaban toda lógica arquitectónica y con una cara de paleto inmensa aunque trataba de disimularlo, como es lógico, comenzamos por dar un paseo por el Central Park. Enorme y precioso, con algo de nieve; con un frío digno de la ciudad y del tiempo que no engañaba (1 de enero de 2009) vimos por primera vez, las famosas ardillas de Central Park. Las cuales, están acostumbradas a los humanos y se acercan a que les demos comida y posan, como actrices o actores consumados, permitiéndonos que les hagamos unas cuantas fotos.

Los estanques helados, los árboles sin hojas, inmensos paseos y puentes mil veces vistos en las películas -todo fotogénico-. En fin, una delicia y satisfacción enorme.

Paseos durante todos esos días que estuvimos por sus calles y avenidas. La famosa 5ª Avenida con unos escaparates de ensueño, decorados con un gusto y un lujo exquisito. Las mejores marcas del mundo están allí. No falta ni una y si falta, no me di ni cuenta porque como es lógico, no soy millonario y no se apreciar esos detalles.

Limusinas de varios tipos y destacan las de marca americana y europea (Mercedes). Edificios elegantes alrededor del Central Park llenos de historia. Siempre, con porteros con librea y con un aspecto de riqueza imponente.

El transporte público que yo vi, consta de tres tipos:

  • Autobuses
  • Metro
  • Taxi

No puedo comentar nada sobre los autobuses porque no cogimos ninguno de ellos pero sí sobre el metro y los taxis.

Sobre el metro, decir que es el sistema más rápido que conozco para transportarme en una gran ciudad, sea la que sea. No obstante, si comparo el metro de NY con el de París, por ejemplo, gana por goleada el de París. El de NY se nota más "ajado" y sucio. Sus estaciones tampoco tienen la dignidad que se le supone a esa gran ciudad. Lo lamento, pero es así.

Los taxis es la excepción de esa ciudad porque no son un medio de transporte "extraordinario" como lo consideramos en España. Es todo lo contrario. Es un medio de transporte ordinario y, como tal, con unos precios más que normales. Por ejemplo, una carrera de las consideradas normales por su recorrido y tiempo empleado, unos 7 u 8 dólares, que al cambio de esas fechas resultaban 5 o 6€. Ese dinero, repartido entre las cuatro personas que viajábamos en él, resultaba más barato y cómodo que el metro.

Todos ellos -los taxis- tienen una protección para los chóferes. El pasajero, tan pronto se sube a él, tiene a su vista, una pantalla en la que aparece el plano de NY y un GPS que le va marcando la ruta durante su transporte hasta su destino y, a su lado, la información local con un noticiario especial. Al lado de esa pantalla de TV, una aparato para poder pagar la carrera con tarjeta de crédito. (Lo más normal del mundo en USA ya que allí, se puede pagar todo con tarjeta de crédito, con independencia de su importe. Es decir, desde 1$.)

¿Qué puedo decir del idioma? Pues poca cosa... Mi nivel de inglés es muy bajo pero pongo mucho énfasis e interés en comunicarme y si a ese detalle le añado que hay mucho hispano en NY, os aseguro que no tuve ningún problema de comunicación salvo mi propia desesperación en algunos momentos puntuales porque no entendía nada de nada.

Vimos, como es lógico muchos lugares y tomé mas café en los locales de Starbuks del que hubiera soñado en mi vida y tan calientes y en tanta cantidad que nunca lo hubiera sospechado.

Hacer tres horas de cola para subir al Empire State valió la pena a pesar del frió y la nieve que caía en ese momento. El ascensor exprés que nos llevó hasta la planta 86, era todo un prodigio tecnológico y con una rapidez -de subida y bajada- que te encogía el alma. Marcaba de 10 en 10. Es decir, 10, 20, 30, 40, etc. etc. A la inversa, todos los pasajeros nos mirábamos y respiramos tranquilos cuando al llegar al piso 10, fue frenando de 1 en 1. Menos mal.

Las vistas desde esa altura, para una persona con vértigo como yo, resultaron excepcionales y asombrosas. Si a ese detalle le añadimos el recuerdo de aquellas fotos tomadas de los obreros que construyeron ese edificio y que andaban por sus andamios y columnas como si de un paseo tranquilo por un prado se tratara... las vidas que se perdieron en su construcción y el poco tiempo empleado en su finalización (15 meses), han convertido a ese edificio en el emblema de la ciudad.

Más adelante seguiré relatando mi experiencia sobre estos días que pasé en NY y que me asombraron. Como nota de humor, todavía me duele el cuello de tanto mirar hacia arriba para poder ver los enormes edificios de esa ciudad, como un paleto en toda regla. :-)

Por cierto, ¿Queréis echar un vistazo a un vídeo fantástico de Frank Sinatra cantando New York, New York? Pinchad en el vínculo externo: [1]

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