Contaminación atmosférica y las plantas
De wikisenior
Sumario
LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA Y LAS PLANTAS
¿Nos hemos percatado los que vivimos en un medio rural, sea La Plana o cualquier otra comarca castellonense de que lo estamos haciendo dentro de un inmenso bosque? Solo que los árboles que nos rodean no alcanzan los 40, 60 o más metros de altura de las sequoyas californianas, pero en superficie foliar nuestros cítricos u otro tipo de plantas de nuestro entorno proporcionan no solo el necesario y vital oxígeno para la respiración, sino que son grandes consumidoras del dióxido de carbono, principal componente de uno de los grandes problemas que tiene la actual civilización: la contaminación ambiental, pues si bien este problema puede afectar también al suelo y a las aguas, en este artículo nos ceñiremos solamente a la contaminación del aire por CO2.
Los últimos días del pasado 2016 nos traían en portada de los periódicos noticias de niveles tan altos de contaminación en grandes ciudades españolas que las autoridades municipales de Madrid adoptaban medidas tales como restringir el tráfico, de tal forma que los días pares solo circulaban vehículos cuyo número de matrícula era par y viceversa o bien disminuir la velocidad máxima de circulación en determinadas vías. Por no hablar de lo que ocurre, y en las imágenes que nos ofrece la televisión lo hemos podido ver, de ciudades chinas con personas caminando con nariz y boca cubiertas con mascarillas para protegerse de unos niveles de contaminación que difícilmente permiten la visión a unas decenas de metros de distancia.
Funciones que realizan las plantas
Expuesto el problema vamos ahora a tratar de explicar cómo las plantas son nuestras grandes aliadas contra la contaminación del aire. Como es bien sabido aquellas, además de ofrecernos sus magníficos frutos y precisamente para lograrlo, realizan tres funciones fisiológicas a través de los estomas de las hojas: la respiración, mediante la que las plantas absorben oxígeno atmosférico y desprenden dióxido de carbono. En este sentido es similar a la realizada por personas y animales y por lo tanto consumismos el mismo material. La transpiración, por medio de la cual las plantas exhalan o desprenden agua. Sería semejante a la transpiración o sudor de las personas y aunque son varias las teorías para explicar su funcionalidad, ninguna de ellas ha sido demostrada de un modo definitivo. Finalmente, y la más importante, es la función clorofílica, también llamada fotosíntesis, mediante la cual absorben el CO2, el contaminante dióxido de carbono, y expulsan al aire oxígeno. Es como vemos contraria a la respiración, pero el cómputo total es favorable al enriquecimiento del aire en oxígeno y empobrecimiento en CO2.
La fotosíntesis
La fotosíntesis, del griego antiguo “foto” (luz) y “síntesis” (unión), es la base de la vida actual en la Tierra. Es un proceso mediante el cual las plantas, algas y algunas bacterias captan y utilizan la energía de la luz para transformar la materia inorgánica de su entorno y la suministrada con los abonos que aportan los agricultores en materia orgánica, hidratos de carbono, que servirán para el crecimiento y desarrollo de aquellas, así como para la producción de frutos.
A diferencia de los animales, que necesitan digerir alimentos ya elaborados, las plantas son capaces de producir sus propios alimentos a través de ese proceso químico llamado fotosíntesis. Para realizarla, las plantas disponen de un pigmento de color verde llamado clorofila que es el encargado de absorber la luz necesaria para realizar este proceso. Estos seres capaces de producir su propio alimento se conocen como autótrofos. La fotosíntesis es, en definitiva, un proceso que transforma la energía de la luz del sol en energía química. Consiste, básicamente, en la elaboración de azúcares, carbohidratos (C6H12O6), a partir del C02 (dióxido de carbono), minerales y agua con la ayuda de la luz solar. Al científico Sachs se debe la formulación de la ecuación básica de la fotosíntesis:
CO2 + H2O + luz = C6H12O6 + O2
Aunque la contaminación ambiental por dióxido de carbono puede tener distintos orígenes tales como emisiones industriales, el metano producido en explotaciones de ganadería intensiva, etc. son los gases emitidos por los vehículos una de las principales causas de aquella. En este sentido los datos de un estudio realizado en el año 2014 por técnicos de la Consellería de Agricultura de la Generalitat Valenciana nos ofrecen importantes informaciones.
Incidencia del transporte en la contaminación ambiental
Las emisiones difusas de todas las actividades de transporte en la Comunitat Valenciana alcanzaron en el año 2014 la cantidad de 7,98 millones de toneladas. Por otro lado el conjunto de los cultivos leñosos y herbáceos más representativos de la Comunitat fijaron 7,6 millones de toneladas de C02 en ese mismo año. Por tanto, los cultivos valencianos fijan casi todas las emisiones de dicho gas provenientes del transporte; en concreto el 95% de las mismas. Teniendo en cuenta el total de las emisiones difusas de C02 contabilizadas, que alcanzaron 25,69 millones de toneladas en 2014, las 7,6 millones de toneladas absorbidas por los principales cultivos agrícolas representan el 29,6%.
Los investigadores afirman que estos datos “vienen a demostrar la importancia medioambiental de la agricultura valenciana en la lucha ante el cambio climático”. No sólo no es emisora neta, sino que contribuye muy eficazmente a capturar y retener emisiones de las demás actividades económicas y humanas que sí lo son. Las plantaciones de cítricos (164.843 Hectáreas) son, por su extensión mayoritaria, las que más C02 capturan en el campo valenciano: 4,1 millones de toneladas, lo que significa el 54% de toda la absorción de C02 en el sector agrícola. Los cítricos son los segundos que más cantidad fijan por unidad de superficie, a razón de 25 toneladas por hectárea. Otros cultivos que también fijan CO2 de forma intensa son el melocotonero (el que más), el albaricoquero, la alcachofa, el arroz, el olivar, los almendros y el viñedo, según cálculos realizados por el IVIA, el CEAM y departamentos agrícolas de La Rioja, Aragón y Murcia.
Conclusiones
No es difícil asumir las conclusiones de los técnicos autores del estudio cuando concluyen que "si en el reparto general de obligaciones respecto a las emisiones de C02 se imponen restricciones y cargas fiscales, también será cuestión de tener en cuenta por el lado de las ventajas a quienes, como demuestra este estudio sobre el caso de la agricultura valenciana, contribuyen a minimizar dicho potencial problema, que hoy en día está en las agendas de máximas prioridades medioambientales y políticas". En otras palabras y como se suele decir: "si quien contamina paga" quien descontamina (sensu contrario), debería cobrar o recibir alguna subvención o rebaja de algún impuesto agrícola. Tanto es así que en la Conferencia de París sobre el Clima (COP21), celebrada en diciembre de 2015, 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial en el que se reconoce la capacidad potencial de la agricultura para aumentar la absorción de CO2 de las explotaciones agrícolas. Y, por ello, es de prever que en el futuro la PAC (Política Agraria Común) tengan un papel relevante los objetivos ambientales de cara al cumplimiento de los compromisos contraídos por la UE en París.