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PASADO DE NUESTROS CÍTRICOS

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RECORDANDO EL PASADO DE NUESTROS CÍTRICOS

LOS TRATAMIENTOS CON EL GAS CIANHÍDRICO (“ENTOLDÁ”)

INTRODUCCION

A principios del siglo XXI hay más de 177.563 hectáreas cultivadas de cítricos en la Comunidad Valenciana, 73.157 dedicadas a naranjo, 93.025 a mandarino y 11.381 a limonero. Estos cultivos proporcionaron, según datos de la Consellería de Agricultura correspondientes al año 2006, un total de 4.189.371 toneladas de cítricos, de las que 1.805.261 pertenecen a naranjas; 2.121.107 toneladas a mandarinas y 263.003 a limones. En el caso de la provincia de Castellón el total de superficie cultivada es de 38.770 hectáreas, de ellas 5.245 son de naranjo, 33.491 de mandarino y 34 de limonero, siendo las producciones obtenidas las siguientes: 119.000 toneladas de naranjas, 650.000 de mandarinas y 420 de limones.

Este volumen productivo genera cada año una facturación que oscila alrededor de 1.200 millones de euros dentro de la Producción Final Agraria de la Comunidad Valenciana, unas cifras que avalan de pleno derecho las reivindicaciones de los productores por recibir las ayudas necesarias para continuar su actividad. Pero es que además hay que tener presente que estas producciones en el caso de la Comunidad Valenciana, generan más de 65.000 empleos directos, cifra importantísima en la actual coyuntura económica.

Pero las cosas no siempre han sido fáciles. Concretamente y por lo que se refiera a la lucha contra las plagas, desde el momento en que se plantan los primeros naranjos aparecen los problemas: diversos insectos, ácaros y hongos que al vivir alimentándose de la planta producen su debilitamiento y merman su productividad iniciándose una “lucha sin cuartel” para derrotar al enemigo utilizando diversas estrategias para conseguir el objetivo buscado, desde una amplísima gama de pesticidas hasta el empleo de la lucha biológica, pasando por los tratamientos con gas ácido cianhídrico aplicado debajo de lonas o toldos (“entoldá”) que es el procedimiento que vamos a describir.

PLAGAS CONTROLADAS

Pese al gran número de mezclas y la diversidad de productos empleados, la eficacia que se lograba era escasa, por lo que los tratamientos con el gas cianhídrico (“entoldá”) ganaban cada día mayor número de adeptos, ya que no solo lograban controlar gran número de plagas: piojo rojo, piojo negro, piojo blanco, serpetas, caparreta negra, cotonet, etc., sino que además provocaban una reacción fisiológica del arbolado que producía una magnífica brotación y renovación vegetativa. La única objeción que se le atribuyía era el alto coste del tratamiento, pero sus resultados eran tan buenos que, según opinaban los entendidos, “numerosos agricultores llegan hasta dejar de abonar sus huertos para con la cantidad ahorrada, sufragar los gastos de la fumigación”.



MATERIALES NECESARIOS

Básicamente, el equipo empleado en la fumigación constaba de los siguientes elementos:

Cubriendo el árbol con la lona
  • Lonas circulares u octogonales, de tamaño mediano (12 metros) o grandes (18 metros). Llevaban impresa una escala de medición para cubicar el volumen cubierto del árbol. Una buena lona y casi impermeable era la fabricada por la Sociedad Anónima de tejidos La Industrial Malagueña.
  • Palos y mástiles de 4’5 a 6 metros de longitud para elevar y colocar las lonas por encima de los árboles.
  • Vasijas de arcilla (generadores) donde se realiza la reacción que produce (genera) el ácido cianhídrico.
Introduciendo la vasija (generador)donde se producirá la reacción química que generará el ácido cianhídrico
  • Materias primas: cianuro potásico o sódico, ácido sulfúrico y agua. Las cantidades a emplear se fijan según la fórmula 1-1-3 ó 1-1’5-2 (según se trate de cianuro potásico o sódico). La primera cifra indica la cantidad en peso del cianuro, la segunda la parte en volumen del ácido sulfúrico y la tercera, la parte en volumen de agua.







Existían unas tablas dosimétricas, elaboradas por Mr. Woglum, que en función de la altura y circunferencia de los árboles daban los gramos de cianuro a emplear, aplicando después el citado equilibrio 1-1-3 o 1-1’5-2 para los otros reactivos.


Tablas dosimétricas para calcular las cantidades necesarias a emplear de cianuro potásico



APLICACIÓN Y COSTES

El modo de operar era el siguiente: se mide el agua y se vierte en el generador, se añade a continuación el ácido sulfúrico, que al hidratarse produce una elevada temperatura. Se lleva el generador debajo de la tienda, añadiendo acto seguido el cianuro que reacciona con el ácido sulfúrico, formándose ácido cianhídrico y sulfato potásico.

Este es el resultado de un buen control de las plagas

La época más aconsejable para fumigar era desde que el fruto adquiría el tamaño de una nuez en adelante, es decir, desde Agosto a Febrero, debiendo suspenderse en la época de la brotación y floración (Abril a Junio) e incluso cuando el fruto cambia de color. Finalmente advertían de lo extremadamente peligroso que era la inhalación del gas, por lo que aconsejaban una serie de precauciones a mantener por el personal. El coste medio de un equipo de 24 tiendas o lonas medianas y 4 grandes era de unas 16.000 pesetas y a ello habría que añadir el importe del material de repuesto. No obstante, y pese a su coste superior a los restantes tratamientos, continuaba en plena vigencia el realizado por medio del gas ácido cianhídrico que hemos descrito, habiéndose incrementado hasta las 100.000 pesetas el equipo que años antes costaba 16.000, siendo necesarios, además del capataz que dirigía la operación, dos operarios más para cubrir los árboles, otro encargado de pesar el cianuro y otro que medía el ácido y el agua. Junto al método tradicional, conocido con el nombre de “pote”, por el recipiente de barro donde se genera el gas, por reacción del cianuro potásico o sódico con ácido sulfúrico, existían otros dos sistemas que trataban de mejorarlo: la aplicación de cianhídrico líquido y de cianuro en polvo. Por último, hay que insistir en la peligrosidad de este tratamiento por su altísima toxicidad, lo que le hacía ser considerado como uno de los más venenosos: la dosis mortal para un adulto es de cinco a seis centigramos.



--Al096912 19:48 6 nov 2009 (UTC)