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"La Cucaracha" en Castelló.

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”La Cucaracha” en Castellón

Introducción



En los años 1.918-1919 se extendió a nivel mundial una pandemia de gripe impropiamente denominada “Gripe Española”.

Una epidemia se convierte en pandemia cuando afecta a casi todos los individuos de un país o región y se extiende a muchas naciones causando grandes estragos en vidas humanas y diezmando la población de los lugares que la padecen.

Desde 1914 el mundo estaba comprometido en una guerra que, pese a empezar en Europa, y creer los expertos que se resolvería en pocos meses, lo cierto es que se fue extendiendo a la mayor parte de los países europeos occidentales, incluso involucró a los Estados Unidos cuyas tropas viajaron a Europa en apoyo de los aliados, por lo que con el tiempo, esta guerra, denominada en origen Guerra Europea, acabó por llamarse la Gran Guerra y posteriormente la Primera Guerra Mundial.

El virus de la llamada "Gripe Española".

El nombre de “Gripe española” no es porque comenzara o proviniera de España, sino que debido a que nuestro país permaneció neutral durante la guerra, la incidencia de la enfermedad tuvo en prensa una mayor cobertura que en cualquiera de los países contendientes en los que existía una severa censura al respecto. De esta manera a los ojos del mundo, España parecía ser el epicentro del virus.

Otros nombres por la que también es conocida son: La Cucaracha, la Pesadilla y la Influenza.

Origen y desarrollo mundial.



El desarrollo, propagación y expansión de la enfermedad está directamente relacionada por la guerra iniciada en 1914, después de cuatro años de lucha la mayor parte de los ejércitos y la población están desmoralizados y Europa destrozada. Desde 1917 Estados Unidos había entrado en la guerra formando parte del bando aliado. A pesar del nombre, los investigadores creen que lo más probable es que la Gripe Española se originó en Estados Unidos. Uno de los primeros casos conocidos ocurrió el 11 de marzo de 1918, en la base militar de Fort Riley, Kansas. Las condiciones de hacinamiento y falta de higiene crearon un caldo de cultivo fértil para el virus . Los soldados de Fort Riley, ya listos para la batalla, incubaron el virus durante su largo e incómodo viaje a Francia. Al pisar las playas francesas, el virus explotó y atacó con igual fuerza a las tropas aliadas y a las del Comando Central. Los estadounidenses caían enfermos con "fiebre de tres días" o "la muerte púrpura". Los franceses contraían "bronquitis purulenta". Los italianos sufrían la "fiebre de las moscas de arena". Los hospitales alemanes se llenaban de víctimas del Blitzkatarrh o "fiebre de Flandes".

Hospital de campaña con pacientes afectados por la llamada"Gripe Española".

Finalmente el 11 de noviembre de 1.918 se firma la paz con la victoria de los aliados. La gripe continua extendiéndose.

La incidencia de este virus fue oscurecida en notoriedad por los eventos de la guerra, y hoy en día pocos conocen o están enterados del mismo. Irónicamente, esta pandemia de nivel 5, que tuvo lugar entre los citados años 1918 y 1919, no sólo superó en cantidad de víctimas a la Peste Negra, sino que además incluso multiplicó varias veces en número a los caídos por la guerra misma. En total el 2,5% de la población mundial pereció y un 20% sufrió este subtipo del virus de la gripe.


Incidencia en Castelló



Durante el periodo de la I Guerra Mundial (1914-1918), la ciudad de Castelló era una población eminentemente agrícola, cuya principal fuente de riqueza radicaba en el cultivo, manipulación y comercialización de la naranja.

A medida que pasaban los años de la contienda, que se desarrollaba y asolaba Europa desde 1914, sus consecuencias iban repercutiendo negativamente sobre la economía de Castellón, cuyas estructuras eran similares a las de toda la Región Valenciana.

El bloqueo marítimo por parte de los contendientes, provocó la caída de las exportaciones de naranjas, vinos y otros productos que salían por su puerto, y al propio tiempo tampoco permitían la entrada de fertilizantes, productos de manipulación de la naranja y cereales. Esto, unido a la falta de abastecimiento de productos de primera necesidad y a desfavorables condiciones meteorológicas, fue provocando la falta de trabajo, la aparición de huelgas, la emigración, el empobrecimiento de las clases medias, de los campesinos y en especial de las clases más vulnerables, como los jornaleros y asalariados.

Por el puerto de Castelló se llegaron a exportar en 1914 la cantidad de 447.900 toneladas de naranja y 172.630 en 1918.

El Castelló de 1918 estaba regido por el Alcalde D. José Forcada y era Gobernador Civil D. Vicente R. Martinez.

Según el censo de 1910 tenía una población de 32.309 vecinos. La prensa tenía en el Heraldo de Castellón a su máximo representante. Las primeras referencias sobre la epidemia de gripe, que por estas tierras fue conocida con el nombre de La cucaracha, porque decían que se desarrollaba y extendía como este insecto, aparecen en el Heraldo de Castellón a partir del mes de agosto de 1918, con unos casos ocurridos en Les Alqueries.

El Dr. D. José Clará, era el Inspector Provincial de Sanidad y como tal, el encargado de hacer las declaraciones a la prensa y de seguir el desarrollo de esta enfermedad. El agravamiento de la crisis económica y social que se estaba viviendo quedó reflejada en la publicación en este mes de agosto de un Real Decreto (B.O.P. de 14 agosto 1918), que prohíbía el uso de la harina para la elaboración de pan de lujo, pasteles y productos que no sean necesarios específicamente para la alimentación.

Asimismo el 17 de agosto el Consejo de Ministros manda una circular en que prima el cultivo del trigo y recomienda el destinar los fosfatos al cultivo de este cereal. En el Heraldo de Castellón de fecha 29 de agosto, se escribe “Todos los panaderos han elevado el precio del pan, por los que todos los que tenemos el feo vicio de comer hemos puesto el grito en el cielo, que es un poco más abajo de lo que ellos nos colocan este alimento”.

En el mes de septiembre la situación alimenticia se agrava por la falta de harina. El Heraldo de Castellón publica el día 4 la noticia “los 5000 sacos de harina a precios reducidos no pueden venir a Castellón y la población está amenazada de quedarse sin pan, las panaderías no pueden elaborarlo por la falta de harina y los pocos panes que se producen son adquiridos inmediatamente. Muchas familias se quedan sin poder adquirir un solo pan”.

Esta situación incide gravemente en la alimentación de la población y hace que la enfermedad pueda tener una mayor progresión. El Dr. Clará en declaraciones al Heraldo de Castellón de fecha 9, manifiesta que “la epidemia se extiende gravemente por toda la provincia a pesar de las medidas adoptadas, hay mayor número de atacados en Oriol, Xert y Torreblanca”.

El día 17 en el mismo medio, el Dr. Clará, reconoce que el contagio se agudiza, aunque la mortalidad es solo del 2 % de los afectados. El día 27 el Heraldo publica la circular del Ministerio de la Gobernación dirigida al Gobernador Civil en la que se indica: “en todos los pueblos contaminados se prohíbe toda clase de fiestas, espectáculos y manifestaciones públicas en lugares confinados donde puedan multiplicarse las causas de contagio, así como la celebración de ferias, mercados que puedan relacionar unos pueblos con otros que puedan facilitar la propagación de la epidemia”. Este mismo día 27, este periódico publica la decisión del Gobernador Civil de la provincia, con autorización del Ministro de Instrucción Pública de “retrasar la apertura del curso académico 1918-1919 en todos los centros docentes del distrito universitario hasta que las inspecciones técnicas y las autoridades provinciales y locales consideren oportuno comenzar las tareas docentes”.

El día 28 el Dr. Clará en unas manifestaciones al Heraldo de Castellón, indica que ante el aumento de la epidemia “deben incrementarse las precauciones para evitar mayores estragos, imponiéndose, entre otras medidas, la higienización de las posadas y cuadras de ganado de todas clases, vigilancia de los solares vallados y desinfección constante de los centros de reunión”.


El mes de octubre se inicia con un rebrote de la enfermedad y aumento de la mortalidad. El 4 de octubre el Heraldo de Castellón publica la noticia de las prácticas que los vecinos emplean para combatir y evitar la gripe: beber caña y ron hasta caer borrachos perdidos, quemar azúcar, lavarse y beber vinagre suponiendo que el microbio no lo resiste.

El día 5 el Heraldo de Castellón cita unas declaraciones y una carta del Alcalde de Castellón, D. José Forcada, dirigida al Ministro de Abastecimientos en que explica los apuros de la provincia y lo desesperado de la situación con el descenso de consumo de los artículos de primera necesidad, que provoca una alarmante depauperación de la colectividad consumidora, motivada por el creciente aumento de los precios de estos artículos y que los jornales de la clase trabajadora no han evolucionado al mismo ritmo y la larga y penosa crisis de la clase propietaria que no encuentra salida a la naranja que constituye su principal cosecha, indicando que la depauperación no solo afecta a la clase trabajadora sino también a la clase media, que agrava los estragos de la epidemia, pidiendo que se tomen medidas encaminadas a abaratar las subsistencias y quejándose del abandono en que se encuentra la provincia en comparación con otras y que se faciliten artículos de primera necesidad en abundancia para que la provincia no se muera de hambre.

El día 5 el Ministerio de la Gobernación publica la orden de “establecer laboratorios municipales con elementos suficientes para el análisis y desinfección en las capitales y poblaciones importantes que carezcan de ellos. El día 11 el Heraldo de Castellón publica una circular del Obispo de la Diócesis “ordenando que las ventanas de los templos estén abiertas y que se haga el barrido dos o tres veces al día”, este mismo día el Gobierno Civil de la provincia, previo acuerdo de la Junta Provincial de Sanidad declara la existencia de la epidemia de gripe en toda la provincia (B.O.P. 14-10-1918).

El día 28 el Heraldo de Castellón publica la iniciativa del Gobernador Civil de la provincia de ordenar “a los señores alcaldes de su jurisdicción prohíban en absoluto la visita anual a los cementerios en la próxima festividad de Todos los Santos y Día de Difuntos, así como mientras duren las circunstancias”.

En noviembre se registra un descenso de la epidemia, las defunciones disminuyen, pero continúan las medidas preventivas. El día 5 el Gobierno Civil de la provincia publica una circular dirigida a los alcaldes de la provincia dictándoles unas prescripciones a adoptar en colegios y escuelas de sus municipios, en la que se indicaban una serie de prácticas encaminadas a extremar la limpieza, al número de alumnos por clase, a extremar la ventilación de las aulas, a la salida de los alumnos a los patios, a evitar la asistencia a clase de alumnos en cuyas casas hayan enfermos o que tengan leves síntomas de gripe, a una mayor vigilancia por parte de los Inspectores de Sanidad, a que los maestros inculquen a sus alumnos los preceptos higiénicos para la prevención de la enfermedad (B.O.P. 8-11-1918).

En la primera quincena del mes, la situación parece que evoluciona favorablemente y en el Heraldo de Castellón del día 11, se publica “a no ser por el parte oficial, podríamos dar ya por extinguida la epidemia gripal en esta provincia, pues en la mayoría de los pueblos hace ya algunos días que no se registran nuevas invasiones”. Este es el mismo día en que se firma el Armisticio dando fin a la I Guerra Mundial. A partir del día 17, coincidiendo con la terrible desgracia del incendio del cine La Paz de Castellón, que acabó con la vida de 22 personas, dejan de aparecer en la prensa noticias sobre más victimas de la gripe, pues este acontecimiento lo eclipsa todo. Sigue manteniendose la prohibición de celebrar ferias de ganados. El día 18 está previsto que se vuelvan a abrir las escuelas.

En diciembre la epidemia ha terminado. El día 11 la Junta de Sanidad publica un trabajo con un análisis final y una recapitulación de datos en que se manifiesta que la epidemia ha dejado 66.000 afectados de los que murieron 2.000. El día 13 el B.O.P. publica una circular del Gobierno Civil de la Provincia en la que declara oficialmente finalizada la epidemia de gripe en la provincia.




Este artículo se ha confeccionado con recortes del trabajo “La Cucaracha” de Pilar Boronat, María-Soledad Navarro y Josemaría Escrig, alumnos de 3er. Curso (2008-2009) de la Universitat per a Majors de la UJI. Recopilación por Josemaría Escrig.